

La luz cálida es aquella que favorece la relajación y se percibe con un color cálido que tiende al amarillo o incluso al naranja, un tono parecido a la iluminación natural del sol en el atardecer.
El color que percibimos depende de la temperatura del color de la luz, la cual se mide en grados Kelvin. Puede resultar confuso, pero los colores más cálidos tienen temperaturas de color más bajas que los colores más fríos. Cuantos más grados, más fría o blanca será la luz: los tonos cálidos son los que menos grados kelvin tienen (entre 2.700 y 3.000K) y los fríos, los que más (en torno a los 6.500K).
¿Por qué la luz cálida incita a relajarse?


La iluminación cálida se percibe como una luz natural similar a la del amanecer o la del atardecer. Por ello, este tipo de luz se relaciona con la noche o el descanso e invita a la relación.
Por el contrario, la luz fría nos despierta, afecta incluso a la producción de melatonina (la hormona del sueño) y ayuda a la concentración. un estudio llevado a cabo en los colegios Ulm (Alemania) comprobó que los alumnos que estudiaban una iluminación similar a la de un día soleado se concentraban más y tenían mejores resultados.
Muchas luces de lectura tienen este tipo de luz, pero en el dormitorio se aconsejan luces cálidas.
¿Dónde poner luz cálida?
En decoración, se utiliza la luz cálida para crear ambientes acogedores que ayudan a la relajación, por eso es habitual encontrar este tipo de luz en dormitorios, salones y comedores.
Se suele utilizar una iluminación más fría en cocinas con encimeras de granito y materiales similares. Sin embargo, en cocinas de estilo nórdico (donde predominan los muebles de madera y el color blanco) también es común que se apueste por una iluminación con luz cálida.
En balcones, jardines y terrazas o fachadas exteriores, la iluminación cálida es más que recomendable. Puede parecernos que la luz fría es una opción moderna y atractiva, pero resulta más perjudicial para el medio ambiente porque provoca una mayor contaminación lumínica que la luz cálida.
Generalmente no se recomienda mezclar los dos tipos de iluminación en una misma estancia porque resulta difícil hacerlo y conseguir un buen resultado. Pero existen algunas excepciones en las que los dos tipos de luz pueden resultar interesantes creando diferentes ambientes.


El color de la luz cambia la percepción de una habitación
Es importante tener en cuenta que la luz cálida o amarilla en una habitación también tiende a cambiar ligeramente nuestra percepción del color de los muebles y objetos que iluminan. Puede que durante el día los colores se perciban de forma diferente, por ello, cuando se añaden nuevos muebles u otros objetos en un habitación, también es interesante tener este detalle en cuenta para evitar sorpresas cuando oscurezca.